España es un país productor de pescado. Tenemos esa gran suerte, y deberíamos saber aprovecharla mucho mejor de lo que lo hacemos actualmente, ya que es beneficioso para nuestra salud de una forma amplia, favorable, mucho; y no comemos lo suficiente.
La premisa es la siguiente: comer pescado redunda significativamente en una mejor salud y en la prevención de patologías asociadas a estilos de vida actuales que incluyen una dieta desequilibrada y poco sana (hipertensión arterial, problemas cardíacos, diabetes, obesidad….).
Entonces: ¿por qué no lo comemos?
- Uno de los motivos puede ser que el pescado azul, al igual que otros alimentos ricos en grasas, como el aceite de oliva, estuvo en la lista de alimentos «poco saludables» debido a su elevado contenido de grasas. Sin embargo, su suerte cambió cuando la investigación llevada a cabo a comienzos de los años setenta observó que una dieta rica en grasas omega-3 procedentes del pescado azul era beneficiosa para la salud, y en especial para la salud relativa a las enfermedades cardiovasculares.
- Otro motivo más actual puede ser el precio. Es verdad que el precio del pescado blanco a veces resulta elevado, aunque cada vez más, gracias a las piscifactorías, el precio es mucho más asequible. Y el pescado azul es barato y asequible.
Por lo tanto, ya no quedan motivos de peso para tenerlo apartado en nuestra dieta. Solo falta ponerlo de moda en todo tipo de preparados, gastronomía de calidad, platos de alto nivel culinario, platos gourmet, delicatesen, snack “casual food”…las posibilidades de promoción y consumo son amplísimas y sería una buena alternativa de alimentación equilibrada y saludable, apta para todos los públicos y para todas aquellas personas que precisan dietas específicas por padecer cierto tipo de patologías. Y todo ello sin renunciar a sabor, exquisitez y sobre todo, alta calidad nutritiva.
Los pescados se encuentran incluidos entre los grupos de alimentos recomendados semanalmente (consumo recomendable de 2 a 3 veces a la semana), debiendo alternar su consumo con los grupos de carnes y huevos. Dentro de estas recomendaciones, debemos recordar consumir tanto pescados blancos como azules, además de mariscos. Podemos encontrarlos frescos, congelados, en conservas, sin cabeza, sin espinas, sin piel… Una gran variedad de la que poder escoger.
La incorporación del pescado como parte fundamental de la alimentación de la población en general y, particularmente, en la infancia y adolescencia, no solo es garantía del aporte adecuado de proteínas, vitaminas y minerales, sino que supone una alternativa muy adecuada al consumo de otros alimentos, ya que su alto valor proteico y su calidad de las grasas, como es el caso de los pescados azules, constituye una de las mejores inversiones en salud.
Valor nutritivo del pescado
Su contenido calórico es bajo, oscilando entre 69 y 205 kcal por 100 g de porción comestible. Su contenido en proteína es alto, entre 15 y 23%, y de una calidad semejante a la de las carnes (Moreiras y col, 2009); tienen menor contenido de tejido conjuntivo y, una vez cocinado, presenta mejor digestibilidad que la carne.
La fracción grasa varía según la especie y, de hecho, este es un criterio para su clasificación. Los pescados magros o blancos tienen un contenido de grasa inferior al 1% (merluza, bacalao, gallo, pescadilla, etc.); los pescados semigrasos oscilan entre un 2-7% de grasa (emperador, trucha, salmonete, besugo, palometa, etc.), y los pescados grasos superior al 7% (arenque, anchoa, boquerón, atún, etc.). El contenido en grasa varía también dependiendo de la estación del año; aumenta en verano. Asimismo, las hembras antes de la freza (desove) pueden presentar más cantidad de grasa.
En cuanto a la grasa, contienen gran variedad de ácidos grasos, con una especial riqueza en ácidos grasos poliinsaturados (AGP), concretamente de tipo Omega-3. Contiene también ácidos grasos monoinsaturados y, en menor proporción, saturados. En el caso de los pescados azules, al contener más grasa, también aportan mayor cantidad de omega-3, beneficiosos para la prevención de enfermedades cardiovasculares, del sistema inmune, y a la vez son fundamentales en el desarrollo del sistema nervioso y en el crecimiento en general. Por otro lado, el contenido en hidratos de carbono es muy bajo o casi nulo.
Y en relación a los micronutrientes, el pescado constituye una fuente aceptable de vitaminas del grupo B. El pescado graso contiene una importante cantidad de vitaminas liposolubles en la parte comestible, especialmente vitamina A y vitamina D, mientras que en el pescado blanco esas vitaminas se acumulan en el hígado. Se considera una fuente valiosa de minerales como el calcio y fósforo así como también de hierro y cobre. El pescado es también rico en potasio, azufre, zinc, selenio y magnesio. Además, los peces de agua salada tienen un alto contenido de yodo, constituyendo la fuente más rica en este mineral con respecto al resto de los grupos de alimentos.
Los pescados que se comen con raspa y vísceras aportan una importante cantidad de calcio y de vitaminas liposolubles.
Fuente: FROM (Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos)
Pescados azules, ácidos grasos poliinsaturados y salud
¿Cuáles son los pescados azules? La lista de pescados azules más comunes es la siguiente: anchoa o boquerón, anguila, arenque, atún, bonito, jurel o chicharro común, lamprea, pez espada o emperador, salmón, salmonete, sardina y caballa. El bacalao en salazón se considera, a nivel nutricional, un pescado azul, ya que el proceso de salazón aumenta considerablemente su concentración de grasa
Los pescados azules son los que tienen un mayor contenido en grasa. Su contenido puede alcanzar hasta el 10%, según las especies.Contiene ácidos grasos poliinsaturados en cantidades comprendidas entre un 25%-45%. Entre ellos se encuentran el ácido linoleico, de la familia omega-6 y los ácidos EPA (eicosapentanoico) y DHA (docosahexanoico), de la familia omega-3.
Los ácidos grasos poliinsaturados, en concreto los omega-3, son los responsables de muchas de las propiedades saludables que presentan los pescados azules. De hecho, están relacionados con la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
La Organización para Agricultura y Alimentación y la Organización Mundial de la Salud en su informe del año 2003 sobre dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas recomiendan una ingesta de grasas saturadas menor al 10% y de grasa monoinsaturada del 15 al 30% de la energía total. Además, los ácidos grasos poliinsaturados totales han de representar un 6- 10% y los ácidos grasos omega-3 en particular, un 1-2% de la energía total.
Y, a pesar de todas estas propiedades del pescado en general y del pescado azul en particular, los españoles no comemos o no consumimos suficiente pescado azul. De acuerdo a la “Encuesta de consumo de pescado en España 2015”, elaborada por la Fundación Española del Corazón, más de la mitad de la población adulta española (52%) no come suficiente pescado azul, y hasta el 30% no consume absolutamente nada (las recomendaciones son la de comer dos o tres veces a la semana una ración de pescado azul).
Si los hábitos de alimentación saludable y equilibrada se fueran imponiendo, como el de consumir más pescado de todo tipo (blanco y azul), la incidencia de patologías cardiovasculares disminuiría, así como el riesgo de padecerlas.
Además, el pescado azul es barato; hacer platos de sardina, caballa o boquerón son asequibles y pueden ser las estrellas de la buena mesa y de la gastronomía. Intentémoslo, y hagamos más gastronomía de salud a base de pescado. Además, en España somos unos privilegiados en este aspecto: lo tenemos al alcance; un alcance muy saludable, muy sano. Merece la pena dar muchas más oportunidades al pescado, a su consumo.
Y parece que se empieza a poner en práctica, como este proyecto magnifico de la Fundación Alicia para introducir el pescado a través de una vía llamativa para adolescentes y jóvenes: los snacks. Magnífico proyecto:
Es tiempo ahora de comer bacalao, pescado blanco y azul también. Y existen muchas recetas para todos los gustos; para satisfacer a los más sibaritas, a los exigentes y a los más escépticos. Aquí está una prueba estupenda de todas las posibilidades gastronómicas que hay para consumirlo.:
http://www.huffingtonpost.es/2015/02/25/recetas-bacalao_n_6744434.html
Comer y disfrutar del pescado de todas las maneras, es ganar mucha salud.
¡Hagámoslo entonces: consumamos más pescado!
¡Promocionémoslo!